Cuando al girar la cabeza sientes un dolor intenso, como si tuvieras el mundo sobre el cuello, puede ser por estrés, cansancio, traumas musculares o lesiones genéticas y hereditarias... En cualquier caso, el dolor te alerta sobre algo que anda mal en tu cuello y columna cervical.
Antes de saber por qué y dónde exactamente se produce el dolor, debes tener en cuenta que el cuello es el encargado de soportar la cabeza, va desde la nuca hasta la parte alta del tórax, desde la primera hasta la séptima vértebra de la columna, que componen la
columna cervical.
El estrés derivado del exceso de trabajo, las presiones sociales, las angustias económicas se pueden acumular en estas partes del cuerpo, manifestándose en forma de dolor.
Sin embargo, también puede influir el peso, pues cuanto más obesa sea una persona más riesgos tiene de sentir dolor y de sufrir fracturas en estas zonas. Así mismo, las posiciones que adoptamos al sentarnos a trabajar en la oficina y el tipo de silla que utilizamos son fundamentales;y, al dormir, igual ocurre con el tipo de almohada y de colchón que tengamos para descansar.
En las oficinas de hoy en día es común que los elementos de trabajo no estén distribuidos de forma adecuada para mantener la buena salud de cuello y espalda. Y es importante tenerlos bien dispuestos para no hacer movimientos incómodos ni peligrosos a la hora de utilizarlos. Así que ¡Cuidado con las posturas!
Cuidado con la postura Para evitar estos dolores en el trabajo, es interesante dedicar diez minutos diarios a practicar flexiones lentas de la columna, esto asegura buena movilidad. Ayuda también realizar ejercicios de rotación de los hombros, para garantizar la movilidad del cuello. Es bueno pararse cada hora y media para hacer una pausa y realizar los movimientos antes descritos.
Cuando la columna cervical duele puede deberse a:
problemas de postura debidos al trabajo prolongado en la misma posición como tortícolis;
problemas degenerativos como artrosis (desgaste en las articulaciones);
problemas en los discos intervertebrales (que son los que amortiguan y protegen las vértebras).
También puede deberse a
traumatismos ocasionados en accidentes, luxaciones, esguinces, hernias y desgarros musculares.
Igualmente puede ser por
infecciones en el sistema óseo y neurológico como tuberculosis o meningitis; por tumores y enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoidea.
Los tratamientos son específicos para cada caso en particular y están dirigidos a corregir los factores que los desencadenan. Pueden hacerse con antibióticos, antiinflamatorios, con cirugías o colocar placas, o retirar vértebras y poner injertos.
Las terapias se complementan con maniobras de rehabilitación para recuperar la función de las articulaciones y de los músculos afectados, todo el proceso se complementa con aplicación de frío o de calor, masajes, tracción cervical y otras maniobras realizadas por el fisiatra y el fisioterapeuta.
Para prevenir las molestias de espalda, tanto lumbares como cervicales, debemos sentarnos bien; es decir, manteniendo erguidos cuello y columna, respetando así la posición natural de las curvas de la columna vertebral: la lordosis lumbar y la cifosis cervical.
Utilizar las sillas ergonómicas de
VARIER es un paso fundamental en este camino.
Si hay malestar, ¡manos a la obra! Comience ya a hacer un poco de ejercicio y empiece a usar VARIER.